La cirugía refractiva se realiza bajo anestesia local tópica (gotas) por lo que durante la intervención no sentirá dolor alguno. Pasados unos días puede que note molestias (más si se hace PRK) pero el dolor es raro.

Un dispositivo de seguridad llamado eye-tracker compensa los movimientos involuntarios del ojo, haciendo un seguimiento de la posición del mismo a intervalos de pocos milisegundos y ajustando la dirección del láser en cada momento. Si se mueve demasiado el ojo, el sistema de seguridad detiene los pulsos por completo.

A pesar de representar un porcentaje bajo, pueden aparecer complicaciones. La más común es la sensación de ojo seco (que se palia con lágrima artificial) y halos alrededor de las luces (que desaparecen pasados unos días en la mayoría de casos). Mucho menos frecuente pero más importante es una infección, que normalmente tiene tratamiento y no suele dejar secuelas. Siempre se toman el máximo de precauciones para evitar infecciones.

• Independencia de gafas y lentillas.
• Comodidad y libertad en el día a día y cuando se práctica deporte.
• Cirugía rápida y segura con una mínima intervención.
• No requiere hospitalización; sus resultados son inmediatos.
• Confort y comodidad.
• Mejora su calidad de vida.
• Evita patologías por el uso prolongado de las L.C.
• Beneficios estéticos.